Saikano

“Es más lenta que una tortuga, lo único que por alguna razón se le da bien es la historia pero ella misma sabe que eso no le servirá de nada y por si fuera poco es patosa y enana y miedica y sus notas son mediocres. Es una torpe de campeonato, a menudo dice que le gustaría ser fuerte, además tiene la manía de disculparse por todo ¡Pero es tan mona!”

Así es como empieza esta historia, y así es como describe Shuuji a Chise, su novia...

Saikano (El Arma Definitiva)

Tintes simples, dibujos impactantes que se mezclan con una historia bélica llena de amor, humanidad, psicología, sexo, guerra, dolor y muchas lágrimas que se transmiten al lector haciéndole llorar.

Podríamos llamarla She, the ultimate weapon, en América (ella el arma definitiva, también conocida en España como mi novia, el arma definitiva) y en Japón como Saishuu Heiki Kanojo o Saikano.

En si la serie se centra en las relaciones entre adolescentes en los tiempos de la tercera guerra mundial pero con un elemento impactante, y es que la pequeña Chise, a pesar de su aspecto inocente, casi angelical, con carácter más bien flojo, es un arma de destrucción masiva utilizada por el gobierno de Japón para ganar la guerra. El puesto de personaje principal está entre Shuuji y Chise, ya que la historia se centra en ambos y en sus vidas durante ese periodo de tiempo.

Poco a poco Chise va adquiriendo más fuerza de destrucción hasta que esta misma fuerza va acabando lentamente con ella y con el mundo.

Un final impactante, una historia emocionante… en definitiva, una obra de arte.

Personajes principales:

• Chise

• Shuuji.

Personajes secundarios:

• Akemi.

• Atsushi.

• Fuyumi.

• Tetsu.

Comentarios:

Especial mención al creador de esta serie, Shin Takahashi. “Un día empecé a pensar “quiero dibujar una historia corta, una historia que empiece y acabe en un par de tomos, una historia a través de la cual pudiera mostrar un nuevo yo a mis lectores.

Un día, sumido en estos pensamientos tomé un tren. En el tren, suelo ir leyendo un libro pero precisamente ese día no tenía ninguno. Así que me dediqué a lo único que puede hacer uno en un tren cuando se lo quita la lectura, es decir, observar lo que había a mi alrededor. Durante el proceso dos palabras me llamaron la atención: El arma definitiva (contra el envejecimiento, que se yo) y mi novia (la mujer bla…bla…bla…). Entonces se me encendió la bombilla. ¿Te imaginas que tu novia fuera el arma definitiva? ¡Qué horror vamos!”