12 jul 2007

Mushi-shi

"Existen desde el amanecer de los tiempos. Unos viven en la oscuridad, tras los párpados. Otros comen silencio. Los hay que matan sin pensarlo dos veces. Y algunos enloquecen a los hombres" son los llamados insectos.

Mushi-Shi



Increíble historia a la mano de Yuki Urushibara sobre Ginku, el maestro de insectos. El manga rige por la sabiduría de Ginku en el campo de la medicina que ningún médico sería capaz de curar, de esta manera cada capítulo es una historia diferente de personas con anomalías y enfermedades extrañas. Urushibara encuentra posibles respuestas a todas aquellas preguntas que todos nos hemos preguntado alguna vez y que la ciencia aún está investigando. ¿Por qué nos quedamos ciegos? ¿o sordos? ¿Existen los fantasmas? Todo esto tiene una única respuesta en este soberbio manga, son insectos. El nombre no viene por su tamaño, el color verde tiene algo que ver en la historia. Ginku es el heredero de una rama muy extensa de una familia que se ha dedicado toda su vida a estos seres. Las soluciones que él tiene no son más que el fruto del trabajo de sus antepasados, aún así, con eso no basta y en más de una ocasión mostrará su soledad e inteligencia para estas cosas. Sin duda es una gran obra con proyecto para la gran pantalla.


Personaje Principal:
  • Ginku, el maestro de los bichos

Comentarios:


Al principio puede resultar extraña, pero el lector queda sumergido en un ambiente casi real, donde todo está al alcance de la imaginación. ¿y si existieran de verdad? ¿y si la respuesta fuera esa? 8 tomos de intensas historias sobre estos fenómenos donde Ginku tendrá que actuar rápido y con precisión. La actitud del personaje es muy calmada y seguro de sí mismo, algo que contrarresta las ganas y el nerviosismo del lector. La verdad esque no es nada que alguien pueda esperar de un manga, pues se aleja de todo absolutamente, es algo nuevo y original, el interés va creciendo conforme se va siguiendo la historia de Ginku, totalmente enorme.




Nota:
10

11 jul 2007

Someday's dreamers


Empecemos con un ejercicio de imaginación. Pensemos en un mundo exactamente igual al nuestro actual, con sus calles, sus aglomeraciones, sus trabajos mal remunerados…Bien, ahora metamos una nueva variable: La magia. Pero no la magia como siempre la solemos concebir, con hechiceros, brujas y demás, sino como algo cotidiano. Es decir, ser mago es una profesión como otra cualquiera, con jefes, oficinas, aprendices y clientes. La única diferencia es que no se hace, se nace. Para tener posibilidades de usar la magia debe haber estado esa capacidad presente en tu pasado familiar. Este es el caso de Yume Kikuchi, una joven aprendiz hija de una poderosa maga (la cual no ejerce en la actualidad), que llega a la gran ciudad para comenzar su instrucción bajo la tutela de Oyamada Masami, uno de los mejores magos de la capital. Pero el camino no será nada fácil para ella, dado que unidos al hecho de que su aclimatación a la vida de ciudad es lenta y costosa, se encuentran aspectos de la propia magia que la sorprenden, junto a otros que directamente no alcanza a comprender, y que la llevarán a meditar tanto durante los encargos de los clientes como en la habitación que posee sobre el bar de salsa que regenta Oyamada.
Derivadas de esas divagaciones le surgirán muchas preguntas y dudas: ¿Por qué hay reglas para el uso de la magia?¿ Realmente estoy capacitada para ser maga? Y sobre todas ellas, ¿mi magia, hace el bien, o le provoca más dolor a la gente?


Como probablemente habréis deducido, esta no es una serie basada en la magia al uso. Los guionistas apuestan en ella por un enfoque 100% emocional y atento a las reacciones y pensamientos humanos, dejando completamente de lado las escenas de batallas, acción y similares que habitualmente suelen ir de la mano de las apariciones mágicas de los universos de animación. Partiendo de esta base y de lo explicado en el argumento, nos encontraríamos pues con un anime de corte optimista, pero que sabe reflejar perfectamente las diferentes trabas que encuentra una persona en la búsqueda de la consecución de sus metas. Esta ambigüedad a la hora de determinar la proximidad mayor o menor del éxito y el fracaso estará presente a lo largo de toda la serie, y no solo en la ingenua y pensativa Yume, sino en todos los personajes que irán apareciendo a lo largo de la misma, dado que aunque la mayoría de los casos su primera aparición tendrá un claro halo alegre, más tarde se comprueba que todos y cada uno de ellos tiene también barreras que dificultan su sueño. Y es que si algo nos transmite Someday’s dreamers, es que toda persona, independientemente de que sea buena o mala, lista o tonta, maldicha o afortunada; tiene sueños que por una razón u otra, aún no logró cumplir.
Esta emotiva idea subyacente a la historia viene apoyada de una forma realmente lograda por los aspectos técnicos, con un dibujo de buena calidad y animación muy correcta, con algún que otro momento de brillantez, y un uso del ordenador que no desentona con el conjunto, donde Someday’s dreamers da un paso adelante es en cuanto a imágenes fijas y banda sonora. Las primeras son una constante a lo largo de la serie, y tienen una calidad sobresaliente, y aún siendo bastantes, no llegan a ralentizar de forma negativa el ritmo narrativo. En cuanto a la música, no será la mejor banda sonora que haya en el mercado, pero las entradas de cada canción coinciden perfectamente con la acción que sucede en cada momento, y le dan un toque adicional de valor emocional a cada imagen o secuencia.

Comentado todo esto, llegamos al final, por lo que resumiré diciendo que sin ser una obra maestra (se le pueden achacar algunos fallos, si bien a mí me transmitió y gustó más que algunas que si calificaría de tal forma) esta serie de solo 13 capítulos, es realmente bonita y emotiva, y que entre todos los animes que vayáis viendo, cuando queráis cuatro horitas de relax y de meditar sobre vuestras vidas en clave optimista, deberíais hacerle un jequecillo y disfrutarla.
Acá dejo los enlaces:->
Bittorrent:-> No encontré

10 jul 2007

Shinigami no ballad

¿Qué ocurre cuando morimos? Quizá nada, quizá vaguemos cuan espíritu por el mundo, quizá vayamos al paraíso…O puede que una shinigami haga de enlace entre la segunda posibilidad y la tercera. Y esto nos lleva a la cuestión que nos plantea Shinigami no ballad: ¿Cómo serán las emociones, acciones y sentimientos de una diosa de la muerte? La respuesta es más sencilla de lo que cabría esperar; y es que estas serán tan variables como pudieran ser las de cualquier trabajador mientras realiza su oficio. Algunos harán solo su trabajo y se pirarán, y otros se implicarán al máximo en sus tareas. Este sería el caso de Momo, una shinigami de pelo blanco que siempre acompañada por su sarcástico gato Daniel y portando una guadaña en la mano derecha, se encarga tanto de enviar al edén a las almas de los fallecidos que están a su cargo…Como de ayudar a aquellas vivas que tendrá que guiar al más allá en su día, para que hasta ese momento su vida sea lo más plena posible. Para ello empleará todos los recursos mágicos o no que estén en su mano, y a pesar de los quejidos de su acompañante felino, perseverará lo que sea necesario para colaborar en la consecución de las metas de esas personas.

Con estas premisas se presenta Shinigami no ballad, una mini serie de 6 ovas (2 horas de duración) que nos plantea otra visión de los shinigamis menos encauzada hacia la acción que la habitual de otras series como pueda ser Bleach, ahondando más en el aspecto lírico-emocional de la narración, al presentarnos a una diosa de la muerte que si bien puede intimidar con su guadaña y su fría mirada en un principio, luego resulta enternecedora de ver cuando se emociona con las alegrías y decepciones de sus “almas protegidas”, y se desvive por el bienestar de estas. Será este peculiar ente divino el motor de los diferentes, aunque interrelacionados, argumentos de la serie, puesto que aunque sus apariciones sean inferiores temporalmente hablando a las de los protagonistas de cada historia, las acciones de estos vienen en cierta parte motivadas y condicionadas por la voluntad altruista de Momo y las sutiles intervenciones que realizará en sus vidas.
Por desgracia, este bonito y original argumento cuenta con algunos defectos que impiden que la serie desarrolle quizá todo el potencial que se le presupone en un principio. Los más reseñables son, primero, la excesiva irregularidad que muestra, siendo algunos capítulos mucho más interesantes que otros, lo cual al ser una serie tan corta destaca en demasía; y el otro es el ritmo de la misma, el cual es muy pausado, aspecto que si bien no es negativo per se, sí que tiende a hacer el anime aburrido en según que momento para algunos espectadores. En cuanto al apartado técnico, el dibujo es bastante bueno, sin tener ningún momento de excelencia, pero tampoco ninguna “bajada de pistón”. La banda sonora cumple, aunque quizá se eche en falta más música a lo largo de la serie. Donde sí que no se puede puntuar más allá del suspenso es en el opening y el ending, siendo muy aburridos ambos, con una horrible elección musical el primero, y una falta de imágenes escandalosa en el segundo, sin ser musicalmente tampoco ninguna maravilla.

Así llegamos al final de la sinopsis, en el que cabe decir a modo de resumen, que se trata de un anime cortito en el cual merece la pena detenerse, puesto que si los defectos nos empañan sus bienes argumentales, solo habremos empleado dos horas en él, mientras que si no es así, nos encontraremos con momentos muy emotivos, un planteamiento original, y nos dejará al final de su visionado con un halo de optimismo, de esos que nunca vienen de más,¿no?